31/07/2020 18:09 - Actualizado: 01/08/2020 11:51
Nueve de la mañana de un martes de julio frente al CIE de Aluche, ahora vacío de internos por el covid. La antigua prisión de Carabanchel, reconvertida y pintada de amarillo y azul eléctrico, no sirve únicamente de Centro de Internamiento para Extranjeros, sino es uno de los principales puntos de la Policía Nacional para el papeleo relacionado con extranjería en Madrid. El impresionante edificio no es pequeño -todo el complejo tiene en torno a una hectárea de terreno-, mas la cola de personas que espera bajo el sol mañanero le da la vuelta. Y lleva así más de una semana. A diario, desde el momento en que se reabrieron los trámites presenciales para permisos de residencia y trabajo para extranjeros que se interrumpieron durante la pandemia, cientos y cientos de personas esperan a ser atendidos a fin de que les renueven sus permisos de residencia o bien trabajo, registren sus huellas o, simplemente, recoger la tarjeta de vivienda. Y aunque el sistema marcha con cita previa, cada mañana miles y miles de personas se hacinan sin respetar las medidas de seguridad contra el covid y la escasez de funcionarios de lo ralentiza todo.
Al colapso que había en extranjería en diciembre se ha sumado la pandemia y lograr cita es -todavía más que ya antes- una misión imposible. Los sindicatos policiales han presentado este martes 38 denuncias por incumplimiento de las medidas de seguridad anticovid en múltiples centros de la Policía Nacional y entre ellos está este centro de la Avenida de los Poblados, el más grande de todo el país para extranjería. "Es uno de los que tiene más papeletas para padecer un brote que esperemos que no ocurra", dice Fernando García, secretario general de FSC-CCOO en el Ministerio del Interior.
El hacinamiento a las puertas es brutal desde hace unos días. "Cuando llegó el covid cancelaron todas y cada una de las citas y no las postergaron, simplemente se anularon", explica Ramón, que es dueño de una tienda de fotocopias justo en la estación de Renfe de Aluche y reparte propaganda de su negocio frente al edificio. Unos flyers con colores en los que se lee "copias, tasas, citas previas... y trámites de extranjería". En apenas diez minutos entran a la tienda tres personas. Una de ellas, una mujer que apenas habla español, alcanza a decirle que precisa la tasa 790, una autorización de regreso. Es un trámite muy sencillo pero bastantes personas no tienen computador, su conexión es lenta, la página se cuelga o no saben rellenar el documento. En dos minutos y con tres preguntas ya está hecho. "Esta gente ya tiene cita, pero precisan el documento de la tasa. Cobramos un euro por rellenarlo con sus datos y también imprimirla para que ellos solo deban firmar y entregarla", cuenta Ramón, que asegura que no ha querido meterse en , aunque es muy rentable, sencillamente pues es imposible lograrlas y él "precisa dormir".
Y es que no hay citas. Puedes estar horas y horas refrescando la página de Extranjería sin lograr nada. Cien, doscientas veces, y de súbito a las 2 de la mañana aparece una cita. "Todos y cada uno de los días me llegan mensajes ofreciéndome hasta doscientos euros por una, mas aquí no hacemos eso", asegura mientras me enseña un papel con las instrucciones de de qué forma solicitarlas por medio de la página web. "Si vienen pidiendo que les logremos una cita, les doy este papel y les explico de qué manera hacerlo". El colapso ha hecho que los precios de la reventa de citas vayan en incremento.
Cientos de personas hacen cola frente al CIE de Aluche para realizar trámites de extranjería. (Vídeo: EC)
Olga es ucraniana, lleva 18 años en España y este miércoles tiene cita en Aluche para renovar sus huellas. Un proceso que debe hacer cada cinco años. Explica que ha pagado treinta euros por la hora y que tiene mucha suerte, porque una amiga, también procedente de Ucrania, ha debido pagar 250 euros. Ella lleva esperando su cita desde abril, cuando contactó en internet con "una muchacha que me lo ha conseguido", no sabe más de ella, solo tiene su número. Para asegurarse escribió a cinco personas diferentes, con costes diferentes. Cuenta que otra amiga, por curiosidad, le preguntó un día a un agente de policía que si la gente tenía cita, por qué se agolpaba en las puertas. "Las colas son por la mañana siempre y en toda circunstancia pero es culpa de ellos", dice Olga, "porque cuando llegas te dicen que no importa a qué hora es tu cita, solo que la tengas, entonces la gente prefiere venir muy por la mañana, entrar primero y después a lo mejor tiene que ir a trabajar, hay gente esperando desde las seis de la mañana".
"Tengo temor, sí, pero ¿qué hago? Si vuelve el virus por lo menos ya tengo mis huellas hechas", afirma una mujer ucraniana que ha pagado por lograr cita
El centro de Aluche es concretamente la Brigada Provincial de Extranjería de la capital de España, es la más grande de toda España, la única para la zona centro de Madrid y una de las más colapsadas. La Policía Nacional asegura que no maneja cifras públicas sobre un aumento de volumen en las demandas de cita en extranjería y, en el instante de publicar este reportaje no hay contestación a la petición de información sobre el tema por la parte de este diario. Los sindicatos sí que manejan cifras. Concretamente, explican desde CCOO, se calcula que, en un horario de 9 de la mañana a 7 de la tarde se dan en el centro de Aluche más de quinientos cuarenta citas para la toma de huellas y seiscientos setenta para la recojida de tarjetas, los trámites más habituales. Sin embargo, por la comisaría se calcula que pasan diariamente más de 2.000 personas. "Está plenamente prohibido atender sin cita -por las medidas anticovid- mas se hace", dice Fernando García, "además de esto ahí se tiene que ir a coger presencialmente la cita de asilo y aparte se está atendiendo a más gente, se están entregando muchas más tarjetas". Y es que hay un 'stock' de tarjetas de residencia ya emitidas que están sin recoger desde el principio del estado de alarma y que habría que entregar... si fuera posible encontrar citas.
David Ripoll, delegado de prevención de los servicios centrales de la Dirección General de la Policía, explica que el incumplimiento de las medidas de seguridad no es solo la falta de distancia de seguridad en las colas. "En el interior no hay señalizacion, tampoco caminos de entra y de salida y dentro del propio edificio la gente se agolpa", explica, "por allí pasan cerca de 2.000 personas al día y.consideramos que es un potencial foco" si la situación no se revierte. "Responde a una falta total de personal", denuncian los sindicatos que calculan que en la villa de Madrid deberían abrirse por lo menos otros dos centros, con personal administrativo incluido, para este género de trámites.
"Pero en vez de crear empleo público, lo que se hace es mover a los policías de la calle, si bien esto no es nuevo", afirma Fernando García. "Hemos interpuesto treinta y ocho denuncias a la inspección de trabajo por los incumplimientos de las medidas de prevención en frente de al covid-diecinueve detectados en las unidades dependientes de la Jefatura Superior de Policía de la capital española", dicen desde el sindicato. “Además de falta de mascarillas o bien hidrogeles, en la mayor parte de oficinas de expedición de DNI, pasaportes o bien NIE no se aplican las medidas recogidas en las Resoluciones de la Segregaría de Estado de Política Territorial y Función Pública para evitar la exposición al covid-19”, lamenta García. “Hemos pasado el estado de alarma y las fases de la transición comunicando y reiterado estas incidencias, y nos hemos visto obligados a denunciar estos hechos por la inacción de la Dirección General de la Policía para resguardar la seguridad y la salud de las empleadas públicas, los empleados públicos y la ciudadanía que asiste a requerir la prestación de servicios públicos”.
La reventa de citas no es nueva mas el covid y la paralización por el estado de alarma han colapsado todo y han disparado los precios
Mientras, las 2.000 personas que asisten allí día a día no tienen más remedio que exponerse -y exponer- al virus. Olga lo tiene claro. "Tengo temor, sí, mas ¿qué hago? Ahora dicen que existen muchos contagios. Yo no lo sé. Mas me alegro de conseguir esta cita, ahora si vuelve el virus al menos ya tengo mis huellas hechas". Eso sí, en agosto tendrá que volver a abonar por otra cita para poder recoger la tarjeta. Ya lo tiene ausmido.
Según avanza la mañana la cola ha ido disolviéndose desde que se han abierto las vallas y se ha trasladado al interior del complejo. En la puerta, un agente de policía nacional explica a una intérprete a través del manos libres del móvil de un joven negro que claramente no habla de España que debe coger una cita. "No sé si se la van a dar pues ya tiene abierta un proceso en otra comunidad", le afirma. Mientras que, en las pocas sombras que rodean el edificio amarillo se ve merodear a algunas personas que, según cuenta una persona que solicita que no se publique su nombre, son los que venden las citas. Asimismo se pueden encontrar . El mercado negro de citas para efectuar trámites de extranjería no es nuevo, mas el confinamiento y la paralización de la atención presencial lo han agravado. Ahora la situación es ya exasperante.
Lo cuenta Guillermo Morales, abogado de Legalteam, uno de los mayores despachos de España especializados en extranjería. "Tenemos cientos y cientos de expedientes solo pendientes de cita. Antes ya había problemas pero como ahora no lo había visto nunca", dice. A la espera de cita, estas personas que habitualmente ya tienen una resolución favorable -o sea ya están residiendo legalmente en España- o bien aun tienen sus cuentas corrientes bloqueadas. La cita más recurrente y la que más bastante difícil es lograr es la del registro de huellas. Con la llegada del covid se han ampliado las medidas de seguridad y, además se ha incluyendo el recoger la tarjeta en uno de los trámites que también precisa cita y que ya antes no.
Los empleadores no desean contratar si tienen la tarjeta caducada aunque legalmente sí puedan trabajar. Acaban pagando citas por desesperación
A los abogados no les cuadran los números de las horas que se supone que se dan al día. "Tenemos gente en el despacho haciendo turnos de madrugada y refrescando la página 24 horas y aún así apenas logramos una cita al día, a veces solo tres por semana", dice Morales. ¿De qué forma es posible si se dan más de setecientos citas diarias solo en Aluche para hacer las huellas? Sospechan que hay sistemas informáticos que reservan las citas para después revenderlas e inclusive aseguran que han dado parte a la . "El sistema de citas de extranjería es una chapuza", coincide García desde CCOO, donde no se sorprenden de que se revendan citas de esa forma. "Llevamos ya dos años pidiendo que se implemente un sistema como el del documento nacional de identidad para gestionar las citas y evitar esto", afirman. "Los permisos de residencia caducados durante el estado de alarma se prorrogaron 6 meses, pero solo se dio bombo a lo del documento nacional de identidad y mucha gente no lo sabe, así que se aprovechan de ellos y les sacan el dinero", explica García que afirma que aunque el de Aluche es el caso más sangrante es una situación "extensible a todo el país" y que se está viviendo asimismo muy intensamente en Barna, la segunda comisaría que más trámites de esta clase administra.
Colas frente al centro de Aluche la semana pasada. (Vídeo: Cedido CCOO)
La realidad es que muchos empleadores tampoco se han enterado y cuando un extranjero logra, , que le contraten el empresario recula al ver su tarjeta caducada. No se exponen por más que les expliquen que están prorrogadas y que no hay nada ilegal. Bastantes personas, advierten en Legalteam, "ni tan siquiera a la posibilidad de tener un TIE (Tarjeta de Identificación de Extranjeros) y van a tener luego que renovar o bien modificar sus permisos simplemente con la resolución conveniente por una fácil razón: la policía solo nos deja tomarnos las huellas para la confección del TIE, esto es, del plástico, si nos quedan por delante de la resolución emitida más de seis meses de vivienda o bien de estancia pues no se expiden TIEs si el tiempo que nos queda es inferior a los 6 meses". La primera resolución favorable suele ser de un año, de ahí que, si se tarda más de 6 meses en lograr cita ya nunca podrá conseguirse, porque quedan menos de 6 meses para que se agote y tenga que ser renovada nuevamente. Un bucle en el que se encuentran cientos de personas desde el instante en que se inició el confinamiento y para el que, por ahora, no hay solución. Solo seguir refrescando el sitio web de Extranjería sine die.